El acné es una enfermedad común de la piel que afecta a nuestras glándulas sebáceas (encargadas de producir la grasa necesaria para lubricar el pelo y la piel), principalmente en cara, cuello, espalda, pecho y hombros. Se puede presentar en cualquier momento de nuestras vidas y debido a multitud de factores (tanto externos como internos), aunque habitualmente asociamos el acné a la etapa de adolescencia por ser el momento más común y justificable de los casos en los que se sufre (por toda la regulación hormonal propia de dicha etapa evolutiva). Por tanto la primera de las ideas que queremos dejar clara es que todos estamos expuestos a sufrir acné en cualquier momento de nuestras vidas y por múltiples factores que pueden provocar que nuestra piel se desequilibre en su producción excesiva de sebo.
El acné no entiende de edades ni de sexo y en cualquier momento podemos padecerlo. Evidentemente existen una serie de factores que van a propiciar que el porcentaje de probabilidad de su aparición sea mayor. Entre ellos destacan aspectos como el sobrepeso, épocas de estrés, cierta toma de medicamentos, cambios hormonales, maquillajes en exceso, el tabaco, etc.
Las personas que lo sufren no lo hacen solo a nivel físico y estético (siendo esto lo más evidente, viéndose un mal aspecto de su cara afectada por los desagradables puntos negros, nódulos, pústulas, cicatrices…etc.) sino que a nivel psicológico y emocional pueden llegar a sufrir etapas en las que también se vean muy afectadas y eso dañe su autoestima, confianza y seguridad en su día a día.
En muchas ocasiones es el propio autocuidado de nuestra piel el factor desencadenante de la aparición del citado acné. Una limpieza de la piel deficiente o excesivamente tratada con productos equivocados, el uso excesivo de maquillajes y cremas inadecuadas o simplemente el provocar la infección de ese acné fruto de tratar de eliminarlo a base de “apretarlo” para que no se aprecie tanto, son situaciones típicas en las que no aplicar adecuadamente un tratamiento determinado, dañará más que beneficiará el aspecto de nuestra piel.
La mayoría de productos del mercado que utiliza la cosmética convencional están cargados de ingredientes artificiales que acaban siendo muy dañinos para nuestra piel (vaselina, lanolina, perfume, alcohol…etc.). Como hemos comentado anteriormente, en muchos casos y por múltiples factores, aparece un exceso de grasa y gran cantidad de células epiteliales muertas que obstruyen los poros de nuestra piel y provocan la aparición de ese temido acné.
¿Por qué entonces un aceite como el argán puede ayudarnos a eliminar el acné y cicatrizar sus efectos cuando habitualmente todo aceite tiende a dejar aún más grasosa nuestra piel y por tanto ser alimento nocivo para nuestro acné? Esa es la “magia”, el verdadero valor y el poder de este maravilloso producto.
El argán 100% natural que nosotros comercializamos, reduce los niveles de sebo en la piel gracias a sus propiedades únicas:
- Alto contenido de ácido linoleico, potente desinflamatorio y reparador de células dañadas de la piel, dando el grado de humedad correcto para una mayor estimulación y regeneración de la zona dañada.
- El aceite de argán puroayuda a hidratar y regenerar la piel, el cabello y las uñas gracias a su riqueza en ácidos grasos esenciales (ácidos omegas) y tocoferoles (vitamina E), permitiendo que la piel se regenere de forma natural. Restaura la capa hidrolipídica cutánea, estimula la oxigenación celular y neutraliza los radicales libres. No deja residuos irritantes y actúa como barrera contra la contaminación.
- También aporta gran cantidad de vitamina F, conocida por sus propiedades anti-edad y que ayuda a tensar la piel, cerrar poros abiertos y suavizar las arrugas.
- Igualmente reseñable es su aportación de vitamina E que mantiene la piel más joven, tersa y fresca.
El acné es, como ya hemos comentado, una enfermedad cutánea muy frecuente entre las personas cuya aparición y efectos son tan diversos como las causas que pueden originarlo. Evidentemente también son numerosos los métodos para tratarlo y minimizar sus secuelas, pero sólo el aceite de argán 100% natural te asegura tratarlo sin aditivos químicos y con la pureza de un producto que viene para convertirse, si no lo es ya, en el oro líquido que va a revolucionar la cosmética moderna por precio, calidad y pureza.
Sólo unos minutos de dedicación diaria a nuestro cuidado de la piel bastarán para ver rápidamente los efectos que el aceite de argán va a provocar en la salud de tu piel, dándole un aspecto limpio y sano.